Microsoft Internet Explorer, Mozilla Firefox, Google Chrome son los nombres de los navegadores o exploradores del entorno web en Internet más difundidos. En la actualidad, el navegador es una herramienta fundamental para cualquier usuario en Internet, pues constituye la ventana a través de la cual se puede visualizar los contenidos publicados o alojados en la red. También es la puerta de ingreso a un espacio virtual donde podemos aprovechar recursos, aplicaciones y servicios de toda índole.
Inicialmente, los navegadores eran útiles para ingresar una dirección y visualizar solamente los hipertextos, aquellos documentos que contenían textos y enlaces o links hacia otras páginas. Luego, a través del navegador se tuvo acceso al correo electrónico bajo sus versiones webmail. Después, de modo acelerado, otras aplicaciones, contenidos y servicios se pudieron acceder a través de un navegador web. Hoy, prácticamente todo es accesible por navegador web.
Si bien la función inicial de un navegador web fue la de una interfaz usuario-red para ver páginas web, hoy existen múltiples funcionalidades que se van agregando, sin que el usuario siquiera se dé cuenta. Por ejemplo, la incorporación “automática” de los player o reproductores de audio y video en diferentes formatos, la vista simultánea o en paralelo de ventanas y de “pestañas” dentro de una misma ventan, los filtros para evitar intrusos o capturadotes de datos, el uso de widgets o miniaplicaciones añadidas al navegador, o la personalización de diversas características según las prácticas y costumbres del usuario.
En la actualidad los navegadores web son tan avanzados y complejos que si el usuario no conoce sus características básicas o las funciones que vienen añadidas, se puede convertir en algo complicado o, en el mejor de los casos, no aprovechar todo su potencial para realizar un trabajo más productivo y una navegación más cómoda y amigable. En una encuesta internacional sobre las herramientas y servicios más importantes para los profesionales y quienes trabajan en el mundo de la educación, el navegador web ocupó uno de los primeros lugares. ¿Cuánto sabe usted del navegador web que está usando?
Inicialmente, los navegadores eran útiles para ingresar una dirección y visualizar solamente los hipertextos, aquellos documentos que contenían textos y enlaces o links hacia otras páginas. Luego, a través del navegador se tuvo acceso al correo electrónico bajo sus versiones webmail. Después, de modo acelerado, otras aplicaciones, contenidos y servicios se pudieron acceder a través de un navegador web. Hoy, prácticamente todo es accesible por navegador web.
Si bien la función inicial de un navegador web fue la de una interfaz usuario-red para ver páginas web, hoy existen múltiples funcionalidades que se van agregando, sin que el usuario siquiera se dé cuenta. Por ejemplo, la incorporación “automática” de los player o reproductores de audio y video en diferentes formatos, la vista simultánea o en paralelo de ventanas y de “pestañas” dentro de una misma ventan, los filtros para evitar intrusos o capturadotes de datos, el uso de widgets o miniaplicaciones añadidas al navegador, o la personalización de diversas características según las prácticas y costumbres del usuario.
En la actualidad los navegadores web son tan avanzados y complejos que si el usuario no conoce sus características básicas o las funciones que vienen añadidas, se puede convertir en algo complicado o, en el mejor de los casos, no aprovechar todo su potencial para realizar un trabajo más productivo y una navegación más cómoda y amigable. En una encuesta internacional sobre las herramientas y servicios más importantes para los profesionales y quienes trabajan en el mundo de la educación, el navegador web ocupó uno de los primeros lugares. ¿Cuánto sabe usted del navegador web que está usando?
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